El estadio está lleno. Siempre busqué en mi vida una oportunidad igual. Pueden reclamar, pueden maldecir, pueden implorar el perdón absoluto, pero fue clara la falta. ¿Cuántos cuadros negros tiene el balón? ¿Quién lo fabricó? Lo felicitaré, le agradeceré por permitirme esta oportunidad única, esta felicidad que puedo darle a toda esta gente que llenó este magnífico escenario, para quienes apoyaron mi carrera cuando apenas golpeaba con esfuerzo una pequeña pelota de trapo. Parece que están resignados. Algunos pasan a mi lado y no oigo lo que dicen, o no quiero oír. Todo se silencia, todo se tranquiliza, menos mi corazón que late tan fuerte que podría no oír el silbato del árbitro. Me tranquilizo; no es la primera vez que lo hago. Concentrado. Oigo el silbato, miro al frente, miro el balón, salgo corriendo, le imprimo toda mi fuerza y precisión a esa esfera mágica y...
Saludos,
Vlogordo
No hay comentarios:
Publicar un comentario