miércoles, 21 de julio de 2010

¡No seamos tan aguacates!

El español es muy lindo y rico.

Por ejemplo, la palabra testículo es diminutivo del latín testis (testigo). Por su parte, güeva, es un testículo, que, por ende, quiere decir también, testiguito o un testigo pequeño.

Qué quiere decir esto: que todos, en algún momento de nuestras vidas, o incluso, toda nuestra vida, nos las pasamos siendo unas güevas completas.

Además, no es raro que el juez le diga a la persona en el estrado: Es usted una soberana güeva, y nadie le puede decir que no.

O por ejemplo, el policía puede preguntarle a las personas que están cerca de un accidente: “¿Todos ustedes fueron las güevas que estaban cerca cuando se chocaron estos dos?” Quien se indisponga o se sienta disgustado, se nota que no conoce el español.

En otra circunstancia, un periodista podría decirles a los que se paran detrás de él cuando está dando una noticia en la calle: “¡Por favor, todas las güevas que están detrás de mi, por favor quítense!”. Eso es utilizar muy bien el español.

Siguiendo siendo unas güevas en la rica lengua española, incluyo la palabra aguacate, linda y sonora palabra que viene del náhuatl ahuácatl, de donde nació aguacate y avocado por los españoles que vinieron… a lo que vinieron. Pero lo lindo de la palabra es que los aztecas, quienes hablaban el náhuatl, también llamaban así a los testículos.

Pero más lindo todavía, es que avocado también derivó a la palabra actual abogado, quienes, por definición, son todos unas güevas (no podrán disgustarse porque, como lo vimos antes, los abogados se convierten en testigos).

De esta forma, todos necesitaríamos a las güevas que nos saquen de problemas o necesitaríamos muchas güevas para hacer las cosas. Podría tratarse del origen de esta expresión: Tú tienes muchas güevas para hacer eso, podría significar que detrás de esa persona hay muchos abogados que lo pueden defender.

¡Qué lindo es el español! ¡No seamos tan aguacates!

Es importante que conozcamos nuestra lengua, porque podríamos pasar vergüenzas o dificultades futuras.

Saludos,

Vlogordo

Hombres, animales, ¿lo mismo?

Tal parece que Dickens dijo que "el hombre es un animal de costumbres" y un grupo de científicos norteamericanos liderados por Albert-László Barbási lo comprobó con un éxito rotundo.

Sin embargo, cito estos personajes para parecer inteligente, letrado y leído, algo que muchos tratan de esconder, y con todo éxito.

En nuestra fauna nacional, encontramos diferentes tipos de "costumbres animales" que son fáciles de reproducir: gente que no hace fila, no sólo en cines o baños, sino en sitios tan críticos como un semáforo; gente que cree que están en el bosque y utilizan pequeños espacios de la vía pública para saciar sus instintos (aquí hay dos palabras que pudieran cambiarse "vía púbica" tal vez e "intestinos"); otras "personas" que creen que tienen derechos pero no deberes, y ahora que lo pienso, seguramente ellos creen que están actuando bien, por aquello del "instinto".

Así hay miles y miles de ejemplos que nos muestran cuan "evolucionados" estamos. Seguramente, en la antigua Roma había más orden en las orgías que en la calle 100 con carrera 15 de Bogotá, o en la antigua carrera 21 de Manizales, llena de busetas y muchas otras cosas.

Pero la raíz de todo esto es si somos lo mismo: hombres y animales. Los hombres somos, siendo fieles a nuestro ADN, gran parte de animales. Pero eso no significa que actuemos como tales, ya que tenemos muchas cosas que nos diferencian (pulgares oponibles, capacidad de caminar erguidos y la más importante, capacidad de raciocinio, discernimiento y diferenciación entre lo bueno y lo malo).

Es tan fácil creerse humano y serlo, aunque muchos de nuestros congéneres todavía no lo hayan asimilado. Tal vez esa es nuestra función en la vida: Educar.

Entonces, spread the word to the world!

Saludos,

Vlogordo

miércoles, 7 de julio de 2010

Mi héroe, el Pulpo Paul

Creo que ya podemos decirle el Doctor Paul, o mi señor Paul. Ha demostrado que los moluscos tienen su posición en la historia y en alguna que otra paella. Por eso yo no como esos graciosos, simpáticos e inteligentes animales.

¿Qué hubiera sido de nuestra historia si se hubiesen comido a Habacuc?

Por eso, cada vez que vaya a un restaurante de comida de mar, piénselo dos veces, no sea que esté haciendo un videntecidio.

Mi héroe es el Pulpo Paul, por reivindicar a todos los que no comemos ciertos animales de mar. No sabíamos por qué, pero ya lo sabemos: Queremos preservar a todos aquellos que nos dirán qué hacer, cómo hacer y quitarnos el miedo de la incertidumbre.

Esperemos que siga diciendo quién gana, inclusive ahora que Alemania no estará en la final.

¡Vida eterna para el Pulpo Paul!

Saludos,

Vlogordo

lunes, 5 de julio de 2010

Un mundial de antología

Cuando supe que Brasil no ganó porque Kaká no pudo salir en todo el partido contra Holanda por culpa de la lesión de Elano, comprendí que este mundial marcará historia.

Historia, no solo por las grandiosas Vuvuzelas, que a una frecuencia de 280 Hz y sus armónicos nos recordará siempre cuándo un partido se jugó en Suráfrica y cuándo otro se jugó, digamos, en Suecia.

Qué aburrido debió ser ese mundial, si no es porque aparece Pelé y su corte... Pero esa es otra historia y estamos hablando de Suráfrica.

Hay jugadores para todos los gustos y todos los nombres: innombrambles, como el alemán al que Carlos Antonio Vélez le dice Suestinga.

Hay otros que les encanta a los políticos: Robben.

Pero lo mejor del mundial, sin demeritar ninguna modelo que se fuese a empelotar y que seguro lo hará por alguna "pasta", es el señor Paul, el pulpo.

Y es lo mejor, no porque haya acertado el marcador de varios partidos, sino porque esperamos ansiosos qué dijo, o mejor, dónde se puso encima. Qué pena con el doctor Paul, todo el mundo pendiente por a quién se le monta.

Qué lindo mundial: Brasil eliminado por sus problemas estomacales (Kaká no pudo salir por Elano, mínimo una oclusión intestinal), Alemania los más mañosos por ganarle a un equipo sin técnico, España campeón del mundo antes de jugar el campeonato, los equipos africanos eliminados (como siempre) y un pulpo del que todo el mundo espera su predicción (hasta existen fotos falsas que muestran qué dijo, par meterle presión al contrario)

Todo esto, por culpa de la inmunda y cochina plata, que como el mundial, la amaré cuando me sobre, porque me monto al bus de la victoria de cualquier selección que gane el mundial, el de antología.

Porque así es un mundial que vemos sin Colombia. ¡Que viva Colombia campeón del 3964!

Saludos,

Vlogordo