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Mis pensamientos
martes, 4 de abril de 2017
La vida
viernes, 9 de enero de 2015
Un mundo ideal
Llegó a otra tribu, que también vivía en completa paz, pero tenían otras ideologías, con algunos postulados iguales y otros un poco distintos a los del visitante foráneo. El extranjero empezó a hablar con ellos y empezó a contarles de las ideologías de su tribu. A algunos no les importó que tuvieran pensamientos distintos; a otros no les gustó que tuvieran esos pensamientos sobre cosas sagradas de su propia tribu; a otros incluso les gustó ese pensamiento distinto.
El extranjero siguió su viaje, encontrando algunas tribus con las que compartía cosas y llegando a otras que eran tan distintas, que estuvo poco tiempo visitándolas.
Después de mucho tiempo, llegó otra vez a su tribu, pero era una tribu distinta a la que había dejado. Se enteró que su viaje sirvió de inspiración para otros para ver nuevos paisajes, para saborear nuevos pensamientos. Incluso personas de su propia tribu ahora parecía que pertenecían a tribus de las que había visitado; otros ya no estaban y no volverían; había otros que ya no compartían los pensamientos de la misma tribu, pero se quedaban porque disfrutaban del paisaje y de compartir con sus compañeros, así pensaran diferente. Pero otros que no se habían ido o unos que ya habían regresado, querían imponer la ideología que habían aprendido de afuera y que pensaban que era la única. Y no querían que otros no la siguieran. Entonces empezaron a ridiculizar y a tratar mal a los que no pensaban como ellos.
El viajero trató de hablar con ellos, pero eran tercos y no querían que les dijeran qué hacer, aunque eso era lo que ellos hacían con los demás compañeros de su tribu. Esto no sólo pasó en esta tribu, en todas empezaban a formarse grupos distintos: los que creían en su ideología, los que apoyaban otra, los que querían imponer su pensamiento, los que pensaban distinto pero querían oír lo que otros pensaban, los que no creían en ninguna.
El problema empezó cuando una minoría quiso imponer su pensamiento por la fuerza. Ese pensamiento se propagó por las otras tribus y la paz que antes reinaba desapareció, por las acciones de esa minoría.
El primer viajero intentó calmar la situación: se reunió con líderes de todas las tribus, para alcanzar soluciones.
Algunos propusieron que se hicieran nuevas tribus, todas fundadas sobre una ideología particular, y las personas que siguieran esa ideología, se movilizaran hacia esa nueva tribu. No funcionó, la logística de la movilización era imposible. Otros propusieron que a cada violento que quisiera imponer por la fuerza su pensamiento, se le enviara a una isla desierta, alejada de todos. No funcionó, porque cada vez era más difícil identificar a los violentos antes de que sus acciones terminaran en tragedia. El primer viajero propuso la idea más innovadora: que sin importar cuál fuera la ideología, que cada persona respetara la opinión de los otros, sin importar de qué tribu o ideología pertenecieran y que cada persona cumpliera con la ley que dictara cada tribu. Las personas lo entendieron, las personas lo aplicaron, y otra vez llegó la vieja paz que se había ausentado de este mundo…
martes, 5 de noviembre de 2013
Historia sólo es historia
lunes, 28 de octubre de 2013
Gracias
Y entonces llega la noche, no te oigo, ¿a dónde fuiste? ¿Por qué te fuiste? Miro para el cielo y trato de ver tu figura en una nube y la veo en todas. Sé que estás ahí, sé que me acompañas, sé que me cuidas, pero ¿por qué no puedo hablarte una última vez? ¿Por qué no puedo oír tu voz, aunque sea un segundo, por última vez? ¿Por qué no puedo oír esa última nota sostenida, tan alta como las estrellas? Pero, un momento, sí la oigo, oigo todo de ti, tu sonrisa, tu música, tu ser, lo oigo aquí, muy adentro de mi corazón, aquí donde no se necesitan oídos, donde sólo la piel, el alma, el recuerdo, sienten tu calidez, tu fuerza, tu empeño, tu amor. Gracias por traerme al mundo, y por enseñarme a ser una gran persona. Gracias por escoger a esa mujer tan maravillosa para que fuera mi madre. Gracias por darme esa compañía única de cuatro maravillosos hermanos. Gracias por darme tu piel, tus sentidos, tu decencia, tu honradez, tu música, tu risa. ¡Gracias!
miércoles, 9 de octubre de 2013
Para mi papá
sábado, 28 de septiembre de 2013
El que quería estudiar, lo que quería estudiar
Esta es una historia como muchas: un joven que demostraba su talento desde pequeño, en las reuniones familiares, en los eventos del colegio, en la calle con sus amigos. Todos lo conocían por ese talento. Pero a sus padres no les gustaba. Le compraban cosas para que se olvidara de ese talento innato, lo llenaban de regalos, incluso en fechas distintas a las tradicionales. Incluso, le daban regalos los martes, sin ninguna razón. Pero él no dejaba de practicar su don. Sus amigos disfrutaban también de su don, lo buscaban de todas partes, sólo para demostrar lo que sabía. ¿Dónde lo había aprendido? Nadie sabía. Pero era el mejor.
Como a sus padres no les gustaba lo que hacía, lo obligaron a estudiar otra cosa. Él lo hizo sin protestar, porque sabía que era lo que haría feliz a sus padres. Pero no era lo que quería hacer de su vida. Ya sabemos qué quería ser.
Fue el mejor de su universidad, graduándose con honores. No le faltaron las mejores propuestas de trabajo. Escogió la que pensó era la mejor. Siempre cultivó su talento secretamente, y lo perfeccionó en una forma nunca antes vista.
Trabajó en lo que estudió durante 14 años, tal vez muchos si no era lo que realmente lo hacía feliz. Hasta que un día, al levantarse, se dio cuenta de que debía cambiar. Que debía oír a su corazón y hacer lo que quería, lo que su alma le gritaba desde que nació.
Finalmente tomó la decisión, dejó su exitosa carrera de músico y entró a la universidad a hacer lo que siempre quiso en su vida; entró a estudiar Contaduría.