lunes, 28 de octubre de 2013

Gracias

Y entonces llega la noche, no te oigo, ¿a dónde fuiste? ¿Por qué te fuiste? Miro para el cielo y trato de ver tu figura en una nube y la veo en todas. Sé que estás ahí, sé que me acompañas, sé que me cuidas, pero ¿por qué no puedo hablarte una última vez? ¿Por qué no puedo oír tu voz, aunque sea un segundo, por última vez? ¿Por qué no puedo oír esa última nota sostenida, tan alta como las estrellas? Pero, un momento, sí la oigo, oigo todo de ti, tu sonrisa, tu música, tu ser, lo oigo aquí, muy adentro de mi corazón, aquí donde no se necesitan oídos, donde sólo la piel, el alma, el recuerdo, sienten tu calidez, tu fuerza, tu empeño, tu amor. Gracias por traerme al mundo, y por enseñarme a ser una gran persona. Gracias por escoger a esa mujer tan maravillosa para que fuera mi madre. Gracias por darme esa compañía única de cuatro maravillosos hermanos. Gracias por darme tu piel, tus sentidos, tu decencia, tu honradez, tu música, tu risa. ¡Gracias!

 

miércoles, 9 de octubre de 2013

Para mi papá


Siempre cantamos en mi familia "por qué perder las esperanzas de volverte a ver...", pero yo te veo por todos lados: cuando veo la ternura de Sofía y Matías, las genialidades de Juan Rafael y María Paz, la fortaleza de Martín, la irreverencia de Ferdi,el empuje de Rafa, la creatividad de Margarita, la inteligencia de Camila. Siempre admiré tu fortaleza, tu espíritu de lucha, tu voz que llegaba al alma, tu felicidad que contagiaba, hasta tus enfados que siempre retumbarán en la vida con tus palabras rebuscadas e inventadas. Siempre pensaste en todos los que te rodearon, buscaste que sus vidas pudieran ser mejores, así no los conocieras, porque todos eran "muy amigos tuyos". Cada uno de tus hijos llevaremos con orgullo tu legado, de alcanzar todo en lo que nos comprometemos, de buscar por todos los medios la felicidad. Estoy seguro de que alcanzaste todo lo que querías: esos sueños que nos contabas cuando estábamos chiquitos, esos sueños los vimos realidad más grandecitos, los disfrutaste hasta el cansancio, literalmente.

Gracias por darnos la vida y por mostrarnos lo que importa en la vida: la familia sobre todo, mantener viva la memoria de los antepasados, llevar con honor el apellido Arango. Ahora entiendo cómo es vivir sin tu presencia, lo que viviste cuando faltó el abuelo. Esa falta sé que nunca se acabará, pero gracias a tu ejemplo, sé que debemos recordar cada día, cada minuto, todas las pequeñas cosas que hicieron de ti una gran persona, un gigante en todo, una voz prodigiosa, un humor especial, una alegría única, para que tu ausencia sea sólo de cuerpo, pero que tu espíritu nos acompañe en todo momento.

Te quiero mucho y esperaré encontrarte como lo hizo contigo ahora el abuelo y Marta y todos los que se nos adelantaron. Descansa en ese sofá de nubes en el cielo, báñate en el jacuzzi celestial de donde nacen las tormentas, camina por la playa del cielo que hacen las estrellas y galaxias y toca la bandola, la guitarra y las cucharas junto con Dios, la Virgen, los ángeles y el coro de todos los Arango que te acompañan. Enséñales Merejo y la canción de los gusanos; seguro algunos ya se las saben. Vé tranquilo que nosotros aquí estamos felices por tu descanso, porque ese cuerpo ya no te servía. Vé tranquilo, porque tus enseñanzas nos servirán para criar a nuestros hijos, afrontar la vida con verraquera, y disfrutarla como tú lo hiciste. Gracias por todo, gracias por tu sonrisa, gracias por tu vida y la que nos diste. Gracias...