A veces pienso que el cielo es el suelo y el suelo el cielo. Miro mi vida y la corta vida de la humanidad en este planeta y me pregunto si en verdad el cielo está allá arriba o somos nosotros los que abajo, como el piso, nos eternizamos pensando en el infinito, y creyendo falsamente que nuestra vida es eterna. Y depronto, sin avisar, en un suspiro, el cielo se nos viene encima y nos hace poner los pies en el verdadero suelo, y nos duele adentro, muy adentro, tan adentro que los quejidos ya ni se oyen; y los sueños, que un instante antes saltaban de alegría, en el siguiente segundo se esconden, hasta que entendemos que ese suelo del cielo ahora tiene más ilustres huéspedes, y por fin entendemos que nuestro suelo es sólo una brizna en el infinito universo, y nuestra vida es sólo una minúscula brizna en la historia de la humanidad...
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