Repaso en mi cabeza esos últimos minutos: llamé, tú estabas, eso me dio felicidad. Colgué. Sonó después el teléfono, muy poco después, pero parecieron años. Mi dulce madre, mi maravillosa mamá, el ser a quien como a ti les debo mi vida, y sí que de las debo. Mi nacimiento no fue fácil, imagino la angustia que debiste sentir, y el dolor que mamita sintió. Imagino el desespero y el alivio después. Entiendo por qué todos estaban atentos a mi mamá; ella era la que importaba, porque yo estaba bien. Si hubiera podido te hubiera dicho "vé con ella, yo me las arreglo aquí, vé con ella y sálvala que todos la necesitamos". Y así fue, así fue todo, porque fuiste y la salvaste, y porque cuánto la hemos necesitado... Hasta la vida, hasta el amor que nos da, hasta el aliento que nos queda. Pero estábamos en la llamada; no puedo imaginar una noticia tan terrible anunciada de una forma tan sublime: "papito ya está en el cielo". Y así fue, te fuiste tan rápido que esa llamada que hice un momento antes, no alcancé a repetirla. Pero te fuiste tan tranquilo, que la dulzura de tu partida me la describió perfecto mamita, "ya te fuiste para el cielo". Sentí muchas cosas, sobre todo confusión. Sentí de esos dolores que se sienten sólo cuando estás aliviado, cuando todo funciona en la carne, pero tanto se duele en el alma. Sentí un derrumbe, una caída y luego, silencio. Sentí resquebrajarse el corazón. Sentí los ojos pesados, el ambiente oscuro. Podía sentir mis latidos, mis lentos latidos acelerándose, miles de pensamientos recorriendo mi cerebro, miles de imágenes y sonidos tuyos invadiendo cada centímetro de mi ser. Todavía los siento, todavía veo algo, oigo algo y me recuerda miles de sucesos que compartí contigo. "Hola joven" te decía por teléfono. El iPad que funcionaba y no funcionaba. El computador que siempre fallaba. Un simple "cómo estás, qué almorzaste". Todos esos recuerdos no se pierden, permanecen indelebles, porque eres una persona inolvidable. Hasta pronto, joven, hasta que nos volvamos a ver y vuelva a abrazarte, a oirte cantar, a oirte hablar, a oirte reír. Hasta pronto.
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