Quieres gritar, quieres reír, quieres siquiera respirar. Caminas, corres, cuando puedes vuelas. Siempre en movimiento. Cuando piensas que vas para atrás, seguro avanzas mas rápido. Cuando saltas, agarras las nubes y te levantas del suelo, pero sólo por un segundo. Cuando vuelas sin necesidad de alas, porque ellas se te han dado por obligación, o acaso por derecho, no necesitas de nadie mas que de ella para posarte lentamente, suavemente en el suelo, que sería frío y fangoso sin su existencia.
Finalmente todo se acaba sin aviso y solo quedan las palabras y los gestos que algún día dijimos e hicimos. Es lo único que nos llevamos. Por eso lo debemos cuidar como el mayor de nuestros tesoros. Sólo queda eso, nuestra vida. No la desperdicies....
Saludos,
Vlogordo
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