viernes, 26 de agosto de 2011

El español y las zullas

Siempre me ha fascinado el español y sus interminables palabras y dichos.

Uno de ellos es la expresión "hacer de las suyas" que creo ha sido mal interpretado, incluso mal escrito, ya que pienso que debería ser "hacer de las zullas".

Para aquellos que no conocen uno de los significados de la segunda expresión, incluyo acá a lo que me refiero: De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, lugar de incansable referencia, zulla quiere decir excremento humano.

Pensando en esta definición y en las expresiones de las que hablo, navegando un poco en Internet he encontrado el siguiente significado para "hacer de las suyas":

"Realizar una persona o animal travesuras o malas acciones que son características de él"

Y cómo no hacer algo más característico que el sagrado acto de excretar.

Además, muchas veces a lo que se refieren es que han hecho una soberana cagada, en el sentido de haber cometido un error difícil de solucionar. Esto aumenta las posibilidades que quien se inventó esta expresión, estaba pensando claramente en las zullas.

Porque afrontémoslo, cada vez que alguien "hace de las suyas" termina haciéndole a otros las zullas en algún aspecto: o se lo caga a la entrada o se lo caga a la salida, pero de todas formas, se lo caga.

También se relaciona con la expresión "es que ese tipo es la cagada", como tratando de elevar a aquella persona que "hace de las suyas" a un nivel máximo de jocosidad.

Por estos motivos, creo conveniente que se siga escribiendo, de ahora en adelante "hacer de las zullas", porque conviene más, es más acertado, va más al punto que se quiere resaltar y usamos el español que es una fuente inacabable de sorpresas, de cultura y de entretenimiento sano.

Los invito a "hacer de las zullas" en privado y en su cuarto personal, hasta que la tecnología dicte lo contrario.

Saludos,

Vlogordo

Alpiste para los pájaros

Hace pocos días me llegó una noticia extraña, en la que se aseguraba que el alpiste, disuelto en agua y tomado cinco veces al día, tenía propiedades mágicas contra el colesterol malo.

Dado que gracias a mis abuelos (lo dos que tenían mi mismo nombre) heredé una fascinación por encontrar el por qué de las cosas, me senté a pensar cómo esta cura milagrosa podría efectivamente hacer aquello de lo que se anunciaba y entendí que, si de pronto funcionaba, los efectos colaterales del uso de esta droga casera no podrían ser benéficos para el organismo.

Desde el principio el concepto es discutible. Algunos pueden decir, que si acaso ha visto a muchos canarios que sufran de colesterol. Lo admito, nunca los he visto. Tampoco he visto gallinazos con ese mal, y no por eso salgo a comer carroña cada vez que puedo.

Pero el uso de una semilla tan dura como el alpiste por lo menos debería seguir un proceso de ablandamiento que garantice que no nos va a perforar los intestinos o a convertirse en algo peor dentro de nuestro organismo.

Pero la cosa no para allí. He encontrado en internet una gran variedad de historias y beneficios de lo que hace el alpiste. Tal vez esté mal yo en el uso de esta cura milagrosa, pero no me deja tranquilo lo que puede hacer con nosotros.

Empezaríamos por levantarnos en la mañana cantando y despertando a nuestro vecindario con nuestro trino matutino, no propiamente en twitter. Es posible que esto denote felicidad, amor por la vida, ganas de trabajar, pero para nuestros vecinos no será tan agradable.

Más adelante tendríamos que cambiar nuestros periódicos "peródicamente", y no porque cambien las noticias, sino porque se empezarán a ver mal en nuestra jaula cuando empecemos a hacer de nuestras zullas.

Terminaríamos haciendo reuniones con nuestros amigos alpisteros, colgados de algún cable telefónico para que nuestras zullas caigan libremente en el asfalto, en estatuas de parque o en desafortunados transeúntes quienes se sentirán felices porque les dimos "suerte".

Definitivamente puede que este tipo de remedios tengan alguna base científica y sirvan para algo, pero prefiero los remedios lógicos: bajarle a los fritos, bajarle a los excesos, hacer más deporte y vivir y comer sanamente.

Así, se puede garantizar en gran medida que no se rían de nosotros por comer alpiste.

Un abrazo,

Vlgorodo

jueves, 25 de agosto de 2011

El poder no es de uno

La historia está cambiando.

Hasta hace muy poco, el esfuerzo individual hacía que las cosas funcionaran, que se generaran las ideas o que un país creciera.

Pero hay hechos en todos los escenarios, empresariales, deportivos y políticos, que demuestran que las cosas han cambiado y que debemos aceptar y aplicar ese cambio en nuestra sociedad para que las cosas funcionen como deben.

El 24 de agosto es una fecha que ha demostrado ese cambio y el futuro que tenemos que empezar a construir: Steve Jobs, el máximo referente tecnológico, ha decidido apartarse de su rol de CEO de Apple.

Otro ejemplo lo vivimos en la Copa América de Argentina 2011: Lionel Messi, el mejor jugador de fútbol en este presente pasajero, no ha sido suficiente para que Argentina clasifique, por lo menos, a las semifinales del torneo que los mismos argentinos han organizado.

Otro de los muchos ejemplos en el ámbito político es lo que ha pasado en Colombia con el Partido Verde y su principal referente, Antanas Mockus: Él ha decidido buscar en solitario lo que había tratado de construir en conjunto, y ese partido ha parecido resquebrajarse por la ausencia de uno de sus dirigentes.

Hoy, tenemos en Manizales la oportunidad de crecer un movimiento en pro del desarrollo de una ciudad que queremos, que anhelamos y que apoyaremos hasta el fin de nuestra existencia, para que precisamente perduremos en el tiempo y dejemos huella, como aquella que dejaron nuestros antepasados al cruzar la cordillera y empezar a firmar esta gran ciudad que se yergue entre los cielos, el paisaje cafetero, el bosque de niebla y las nieves de El Ruiz.

La iniciativa que ha comenzado @EstoyConMzles responde precisamente a ese cambio de pensamiento, del caudillismo al grupo, del esfuerzo de uno al trabajo en grupo, del pensamiento individual al colectivo.

Y es que los manizaleños somos personas de comunidad, de barras, de grupos de amigos, de reuniones familiares con los amigos, de cuidadores de espalda, de líderes.

El camino no es fácil y eso es lo mejor de todo, porque el esfuerzo nos garantizará el éxito y nos enseñará a valorar más todos los logros que iremos consiguiendo.

Por eso, la historia está cambiando y está en nuestras manos acompañar ese cambio.

Saludos,

Vlogordo